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Ellas sí pudieron votar

Durante la II República española instaurada el 14 de abril de 1931 se consiguió por primera vez que la mujer tuviese derecho al voto. Esto fue posible, en gran medida, por Clara Campoamor, abogada y diputada en las cortes de la II República que luchó porque la mujer tuviese cabida dentro de esta.


Clara Campoamor, publicada en la revista Mundo Gráfico en 1931


Con la llegada de la etapa Republicana tras la dimisión del rey Alfonso XIII, quien apoyó la dictadura de Primo de Rivera, algunos partidos políticos querían contar con el apoyo de mujeres entre los componentes de su equipo. Estos partidos fueron, el Partido Radical, el cual contó con el apoyo de Clara Campoamor, que además formó parte de la Comisión Constitucional para la elaboración de la Primera Constitución Republicana, el Partido Republicano Radical Socialista con Victoria Kent. Y, por último, Margarita Nelken diputada en el PSOE.


Aunque estas mujeres estuvieran totalmente involucradas en la nueva realidad política, ninguna de ellas podía votar. Ni ninguna mujer en España, lo que resultaba una completa contrariedad. ¿Cómo cualquier mujer española en un sistema de derecho y democracia no va a poder contribuir en la política? Aunque suene absurdo, este tema fue de gran notoriedad y al que se le dio muchas vueltas.


¿En principio?


Esto lo podemos ver en el documental La mujer olvidada, el cual trata de la lucha de Clara Campoamor para conseguir el voto femenino. Esta lucha comienza en la Comisión Constitucional, cuando el artículo 23 dice: 'No podrá ser fundamento de privilegio jurídico, el nacimiento, la clase social...', Y termina, “Se reconoce, en principio, la igualdad de derechos de los dos sexos”. A lo que Campoamor se negó rotundamente. ¿En principio? Esto, para muchos diputados, incluida ella, es una reducción de derechos hacia la mujer. ¿Por qué solo en principio?


Documental La Mujer Olvidada

Uno de los pilares fundamentales de la Democracia es la soberanía del pueblo y es que, ¿la mujer no forma parte del pueblo?, ¿o solo forma parte del pueblo, en principio? Pero cuando este tema se sometió a votación muchos de los Constituyentes no les dieron importancia a esas dos palabras, por lo que resultó denegada la eliminación de estas. Pero, en la puesta en escena de la Constitución en el Congreso y el debate de la redacción de ese artículo, se lleva a votación y se permite el cambio a 'No podrá ser fundamento de privilegio jurídico el nacimiento, el sexo, la clase social...' Así, se garantizaría la igualdad real en las leyes entre hombres y mujeres.


Tras ese gran reconocimiento, venía la gran lucha, el sufragio universal. Este dilema se disputaba en las dos vertientes, es decir, por una parte, los integrantes de la derecha no querían darle ese valor a la mujer ya que para ellos la mujer deberían conformarse con su marido, su casa y sus hijos. No debería tener más valor que ese.


“Un soltero simpático y mujeriego, infinidad de votos”


Por otra parte, integrantes de la izquierda, rechazaban el voto femenino ya que la mayor parte de las mujeres españolas eran analfabetas y además católicas, por lo que sería la Iglesia la que controlara esos votos. Podemos destacar la escena del documental en la que están hablando políticos y periodistas 'Antes era un hombre, un voto; pero ahora, un hombre soltero, un voto, un hombre felizmente casado con su mujer, dos votos; un soltero simpático y mujeriego, infinidad de votos.'Esta conversación demuestra la poca confianza en la mujer en esa época y la comprensión de que eran fácilmente manipulables por cualquiera, es decir, no tenían capacidad de pensamiento como los hombres.


Además, como podemos ver en el artículo de El País, Ellas consiguieron votar se intentó poner la edad del voto femenino a los 45 años, ya que hasta esa edad la mujer no tenía completa conciencia de sus actos. Como otra opción, se presentó posponer el voto femenino, es decir, ni concederlo, ni denegarlo, sino esperar a que la República quedase realmente instaurada y asentada en la sociedad. Esto, aunque parece inconcluso, fue apoyado por Victoria Kent, quien creía que la Iglesia tenía muy condicionada a la mujer. Estas opciones fueron rechazadas y el 14 de octubre de 1931 el sufragio universal quedó instaurado.


Con toda esta situación, en las elecciones de noviembre de 1933, se dio triunfo a la CEDA representada por José María Gil Robles, es decir, centro-derecha. Este resultado siempre fue criticado por la izquierda a causa del voto femenino, que tanto se había insistido en que estaba manipulado por la Iglesia, pero muchos historiadores afirmaron que la izquierda se había presentado a esas elecciones totalmente fraccionada, mientras que la derecha se encontraba en un único partido, lo que facilitaba su triunfo. Además, podemos ver como en las últimas elecciones republicanas, en 1936, la izquierda se presentó unida en el Frente Popular y triunfó.

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