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Un viaje entre la realidad y la ficción: El cuento de la criada

Actualizado: 22 ene 2019


Imagen promocional de El Cuento de la Criada. HBO

La prostitución, vientres de alquiler, cultura de la violación… Temas centrales que se escuchan más y más en cada telediario, temas que están a la orden del día y que nos cuesta digerir. El caso de la Manada es uno de esos temas que nos ha puesto en bandeja la sociedad machista que nos rodea. Un mundo donde la justicia no cubre igual los derechos a unos que a unas y un lugar que deja mucho que desear de lo que nos autodenominamos “mundo avanzado”.


Sabiendo todo esto, a veces, nos cuesta imaginar un mundo donde todo esto se acabe, un mundo donde las mujeres podemos ir libres por la calle, sin andar más rápido de lo normal ni sentirte desprotegida en cualquier esquina. El Cuento de la Criada es esta situación llevada al extremo más alejado de la realidad, pero con muchas ideas que son actuales. Gilead, el país ficticio en el que sucede la novela, nos pone en perspectiva de lo que supone ser esclavizada, usada y utilizada por un mundo gobernado por y para hombres, por y para los ricos y por y para el uso de una religión llevada al límite.


Una novela publicada en 1985 de la escritora canadiense Margaret Atwood nos ha permitido volver a poner en bandeja lo que puede pasar si no ponemos un límite al heteropatriarcado actual. Un éxito llevado a la pequeña pantalla a través de HBO, un lugar donde todo parece más de lo que es. 


El cuento de la criada.

Gilead, lo que ahora conocemos como los Estados Unidos, divide a las mujeres en dos categorías legítimas e ilegítimas. Las legítimas, son las criadas, mujeres fértiles adoctrinadas por las Tías en el Antiguo Testamento y obligadas a poner su cuerpo a merced de los comandantes para dar hijos a las familias de alto rango. Son violadas una vez al mes en su "día fértil", si no lo consiguen en un periodo de 6 años, serán sentenciadas a muerte. Por otra parte, las esposas, son las mujeres de clase alta que están casadas con comandantes. A pesar de tener poder dentro de la casa, están relegadas a las órdenes de su marido.


Las llamadas “tías”, son las responsables de controlar, cuidar y dirigir a las criadas y promueven el rol de la criada como honorable. Utilizan la tortura y la mutilación para adoctrinar a las mujeres en el Centro Rojo, lugar donde llegan las criadas antes de llevarlas a la casa del comandante.


En un plano menos protagonista, pero igual de importante, se encuentran las marthas, mujeres adultas e infértiles, limitadas a ser ama de casa de las familias de alto rango. Visten de color verde apagado. Por último, las hijas son mujeres de descendencia biológicas o adoptadas por la clase alta vestidas de blanco hasta su casamiento.


En la otra parte de la sociedad “gileadiana” encontramos a las ilegítimas; mujeres estériles que nunca se casaron, lesbianas... enviadas a las colonias y las prostitutas, obligadas a ello.


Vestidas con un vestido largo rojo, para así hacer alusión a María Magdalena, la pecadora arrepentida de la Biblia

Los productores de la serie y la autora de la novela han tenido muy claro la necesidad de enfatizar en todo lo que rodea el mundo de Gilead, desde los colores hasta los nombres de los personajes. Empezando por los colores, todas las “criadas”, aquellas mujeres pecadoras fértiles, llevan un vestido largo rojo, para así hacer alusión a María Magdalena, la pecadora arrepentida de la Biblia, además de la conexión de la sangre y la fertilidad. Por otra parte, decidieron utilizar el celeste para las esposas, mujeres infértiles, cristianas y de la élite, y así mostrar una conexión entre estas y la pureza de la Virgen María.



Protagonista de El Cuento de la Criada

La protagonista de la serie es una mujer rubia, con pelo recogido y mirada penetrante a la vez que perdida. Una de las primeras imágenes que poemos ver en en la primera temporada es a ella, con un mensaje claro. “Me llamo Defred, antes tenía otro nombre”. Otras protagonistas son Deglen y Dewarren. De y de. Las criadas pierden su identidad cuando entran en la casa de su nuevo dueño; pierden su nombre y se convierten en un: de- nombre del señor de la casa. Algo que podríamos comparar en la realidad con la pérdida del apellido de la mujer al casarse con un hombre. Esta es una práctica perdida en países como España, pero muy a la orden del día en Estados Unidos, el país de la libertad y los derechos.


Los colores, las vestimentas y los diálogos de la serie se han convertido en lo que podemos llamar un icono feminista. Mujeres de todo el mundo usan ese vestido blanco, con una capuza blanca que corte la mirada con los demás seres de la sociedad, como símbolo de la situación y vejación de la mujer en la sociedad actual. En la presentación del libro en uno de los países árabes, decenas de mujeres aparecieron con el uniforme de las criadas del cuento. Recorrieron la feria con libro en la mano y las capas. Acciones que causaron extrañeza ante la presencia de mujeres con el burka.

Lo que desde lejos podemos creer que es ciencia ficción, a veces está muy cerca de la realidad. A veces, es mejor que los temas más complicados, los que más nos duelen como seres humanos nos lo enseñen desde una distancia prudencial, desde un lugar del que el entendimiento sea más sincero y del que podamos aprender.


Aquí el tráiler:



Podeis encontrar la serie al completo - 3 temporadas- en HBO.

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